Hacer galletas es una alegría para el alma, sobre todo cuando las hacemos con nuestros niños, a ellos les encanta y es una buena forma de comunicar nuestro amor enseñandoles a compartir el proceso, pueden desplpegar su creatividad y al final comerlas con leche, también son un buen regalo para familiares y amigos...así los pequeños también aprenden a compartir.
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