lunes, 9 de julio de 2007


Pampatar Gastronomico

Lo que antes era un paseo a la historia de Margarita, el encuentro con la religión y la exploración de atractivos turísticos de un pueblo autóctono, ahora es la ruta obligada para degustar los sabores de aquí y de allá

Cuando venga a Margarita no deje de visitar Pampatar, que además de ser uno de los pueblos más pintorescos de la Isla, se ha convertido en un centro gastronómico por excelencia.
Dos vías atraviesan a Pampatar de largo a largo. Una que va y otra que viene. La bienvenida se la da una especie de fortificación que invita a visitar los lugares históricos que tiene, como son el Castillo San Carlos de Borromeo y el Fortín de La Caranta, donde el principal atractivo es la vista a la bahía desde lo alto del sector y la batería de cañones que todavía apuntan al Caribe.
Detrás de la arquitectura colonial que todavía se conserva en algunas de sus casas, se esconden esos sabores que en muchos casos han sido mezclados con los ingredientes de aquí y de allá. Son los casos de Casa Caranta y Charlie, dos restaurantes que podrá encontrar antes del Castillo.
Más adelante, al lado de la fortificación milenaria está el Fondeadero, un local que supo explotar lo moderno con lo clásico, por lo que tendrá la opción de disfrutar de cualquiera de sus platos en una terraza al aire libre o en un espacio cerrado con una agradable temperatura, siempre con la posibilidad de disfrutar de la bella Bahía de Pampatar.

Siguiendo la ruta hacia La Caranta, está el restaurant San Doménico, un espacio que ha cuidado los detalles de un restaurant clásico europeo, con bodega de vino incluida. Su especialidad: carnes. Más adelante, pero buscando la playa está el legendario Trimar, una antigua casa montada en las arenas del balneario con una carta muy variada.
Si continúa la ruta por la vía principal en sentido este, encontrará otra placita. Más adelante hay una bifurcación de la que debe estar atento para que pueda llegar a La Caranta, porque si toma el camino equivocado va a llegar a Apostadero. Debe tomar a la derecha. En menos de dos minutos estará remontando la cuesta de La Caranta, donde incluso funciona la escuela de Gastronomía de la Universidad de las Fuerzas Armadas (Unefa), en playa Juventud.

En toda la lomita, está Guayoyos Café Restaurant, un sitio que lo dejará con la boca abierta por las delicias y por la vista privilegiada del ancho mar y el multicolor atardecer. Debemos advertirle que tal vez la brisa marina le impida captar los olores de los platos que con mucha creatividad han confeccionado los chef internacionales, al mando de Adaira Hidalgo.

Y para culminar este recorrido gastronómico, sin ir muy lejos, al lado de Guayoyo está Mykonos, un restaurant hecho en la casa del artista Luis Alfredo López Méndez, quien la construyó al mejor estilo mediterráneo. No en vano la gastronomía que allí elaboran se jacta de ser “alimento para dioses”. Varios espacios se ponen a disposición de los comensales. Uno con una pequeña piscina, dos terrazas al aire libre y un salón VIP con aire acondicionado. La buena música al estilo chill out, hacen que sea el lugar ideal para eso que hoy día denominan “pre despacho”.

Pampatar lo invita a recrearse en la historia, regocijarse en la Iglesia del Cristo del Buen Viaje, zambullirse en sus aguas cristalinas y sumergirse en esos ambientes gastronómicos que han sido creados para complacer paladares, entre muchos gustos y colores.

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